Esta tarde, unos nubarrones negros
casi azules de tan negros amenazaron tormenta.
Eché mano de la radio para pedir auxilio y coordenadas.
Desaparecerán solas, me dijeron. Déjelas pasar.
Desaparecerán solas, me dijeron. Déjelas pasar.
Luego despejará y llegará a la playa del fin del mundo.
Allí estará bien.
Y era verdad.
Siempre lo es. Las tormentas sólo son eso, tormentas. Después de ellas siempre llega la calma.
ResponderEliminarAnita Noire
Que gran ayuda se presta con una palabra cálida. Pero, está claro, hay que saber escucarla.
ResponderEliminarUn beso
Fer
El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad.
ResponderEliminar(Johann Wolfgang Goethe)